miércoles, 11 de mayo de 2011



El Matrimonio Eterno

Mi hermana Emily y su esposo Kirk
 Mi hermana se casó con su esposo en el Templo de Bountiful, Utah en Febrero de este año. En los templos una pareja puede casarse y ser sellada por las eternidades. O sea, que en vez de solo estar casados por los tiempos "... hasta la muerte nos separe..." su matrimonio perdurara para siempre. Y pueden vivir como familia, esposo y esposa en la vida venidera.
Estoy muy agradecido porque en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días una familia puede recibir esta promesa sagrada y vivir juntos para siempre. Y estoy muy contento de que mi hermana se casó en uno de los Santos Templos de Dios y su matrimonio es un matrimonio eterno.
Si quiere aprender más sobre los Templos de la Iglesia de Jesucristo
véase a contiuación.



  El Santo Templo
“El templo es una gran escuela; es una casa de aprendizaje"
President Boyd K. Packer

 

 

El matrimonio es ordenado por Dios

El matrimonio entre el hombre y la mujer es una parte esencial del plan de Dios. El Señor ha dicho: “…quien prohíbe casarse no es ordenado por Dios, porque el matrimonio lo decretó Dios para el hombre” (D. y C. 49:15). Desde el principio, el matrimonio ha sido una ley del Evangelio y se instituyó con el fin de que perdurara eternamente, y no sólo durante nuestra vida terrenal.
Muchas personas del mundo consideran al matrimonio solamente como una costumbre social, un acuerdo legal entre un hombre y una mujer para vivir juntos; pero, para los miembros de la Iglesia, el matrimonio es mucho más que eso: nuestra exaltación depende de él, junto con los demás principios y ordenanzas, tales como la fe, el arrepentimiento, el bautismo y el recibir el don del Espíritu Santo. Nosotros creemos que el matrimonio es la relación más sagrada que existe entre un hombre y una mujer; esta sagrada relación influye en nuestra felicidad tanto ahora como en la eternidad.
En el templo, los matrimonios Santos de los Últimos Días se arrodillan en uno de los sagrados altares en presencia de su familia y amigos que hayan recibido la investidura del templo y hacen sus convenios matrimoniales ante Dios. Se les declara marido y mujer por esta vida y por toda la eternidad, lo cual se hace por medio de un poseedor del santo sacerdocio de Dios, a quien se le ha dado la debida autoridad para realizar esta sagrada ordenanza. Él actúa bajo la dirección del Señor y le promete a la pareja las bendiciones de la exaltación y le da a conocer lo que deben hacer para recibirlas; además, les recuerda que todas las bendiciones dependen de la obediencia a las leyes de Dios.

Las bendiciones del templo

“No creo que haya lugar en el mundo en el que me sienta más cerca del Señor que en uno de Sus santos templos”.



                              El porque contruimos
                                                        
templos


Desde tiempos remotos el Señor ha
mandado a Su pueblo construir
templos. Averiguar por qué.

                          








La Iglesia tiene 134 templos en
todo el mundo. Encuentre uno
cerca de usted.

jueves, 5 de mayo de 2011

Un Cambio de Corazon

Un joven de Honduras explica el cambio que tuvo en su vida
al acercarse a Jesucristo y a su iglesia. 
      
 
Como seres humanos Dios nos ha dado la habilidad de razonar y escoger por nosotros mismos. El cambiar es una decisión que uno debe tomar y que nadie más puede forzarle a hacer. Es nuestra propia decisión. Si queremos cambiar hay que tener el deseo, luego buscar la divina ayuda de Dios y guardar sus mandamientos. En las escrituras leemos mucho del arrepentimiento y los cambios.


   12 Y según su fe, se realizó un gran cambio en su corazón. He aquí, os digo que todo esto es verdad. 
 14 Y ahora os pregunto, hermanos míos de la iglesia: ¿Habéis nacido espiritualmente de Dios? ¿Habéis recibido su imagen en vuestros rostros? ¿Habéis experimentado este gran cambio en vuestros corazones?

   18 Y al concentrarse mi mente en este pensamiento, clamé dentro de mi corazón: ¡Oh Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí que estoy en la hiel de amargura, y ceñido con las eternas cadenas de la muerte!
   19 Y he aquí que cuando pensé esto, ya no me pude acordar más de mis dolores; sí, dejó de atormentarme el recuerdo de mis pecados.
   20 Y ¡oh qué gozo, y qué luz tan maravillosa fue la que vi! Sí, mi alma se llenó de un gozo tan profundo como lo había sido mi dolor.
   21 Sí, hijo mío, te digo que no podía haber cosa tan intensa ni tan amarga como mis dolores. Sí, hijo mío, y también te digo que por otra parte no puede haber cosa tan intensa y dulce como lo fue mi gozo.

Todos nosotros podemos cambiar. Somos hijos de un Amoroso Padre Celestial que nos ayudará. Y cuando los hacemos experimentaremos un increíble gozo y vamos a poder disfrutar la vida andando con la conciencia limpia delante Dios.

¿Quiere ayuda con su cambio? ¡Hable con los misioneros!
haga clic aquí